Querido Haim; Haim la vida es buena, y tu la amabas desde que naciste. Lo demostraste al vencer la meningitis cuando eras un recien nacido y los médicos se dieron por vencidos ante la enfermedad, pero tus padres buscaron en la fe lo que la ciencia les negaba. Oyeron las palabras de un gran rabino de Novaselitz, tu ciudad natal, quien sugirió cambiar tu nombre de Meir a Haim (vida en hebreo) para salvarte. La vida es maravillosamente retadora Haim. Le ganaste muchas veces a la muerte, sobreviviste a un campo de concentración en Transnistria y demostraste al mundo que nuestra existencia vale la pena afrontarla con entereza y valentía. En otro acto de valor, cambiaron tu apellido Brand para poder huír de la maldad nazi y comunista. El destino te trajo a Sudamérica cuando eras un niño aún junto a tus padres y tu hermana Silvia, arribaron a la que sería tu amada Venezuela para cumplir tus sueños de convertirte en un prestigioso neurólogo, en un buen padre, y en un destacado conferen
Querida Hannah: Con mucho entusiasmo contaste los dias para que llegue tu cumpleaños 18 y yo tratando de convencerme que la edad es solo un constructo. De hoy en adelante ya no te crio desde ahora te acompaño en tu camino. A partir de este momento solo hay una protagonista de tu historia, ahora eres completamente responsable de tus decisiones. Y dentro de esas decisiones recuerda que está bien equivocarse, que duela lo que tenga que doler porque será una oportunidad para aprender de tus errores. Lo que nos sucede no nos define, si no la manera cómo respondemos a esas situaciones. Todos los seres humanos tenemos la habilidad de transformar el dolor en crecimiento y apreciacion por la vida. ¿Sabes? Me cuestan estos cambios, me sacan de mi zona de confort, me duelen pero me duele para bien por ti y por mi. Una nueva etapa inicia este 22 de noviembre para las dos. Estoy aprendiendo a soltarte, miro como una gran oportunidad empezar una nueva etapa madre - hija. Aquí tienes la posta de tu
Mi papá tiene casi 85 años y sufre de demencia senil. Durante el día tiene momentos de lucidez donde nos sorprende con sus recuerdos y sus acciones, pero también hay muchos episodios de ansiedad, de frustración y obsesiones. Hace un tiempo atrás se quejaba de sufrir de insomnio aun cuando mi mamá gritaba lo contrario. "¡No se de qué habla este hombre! ¡Tu padre ronca toda la noche!" se quejaba ella. Preocupado por no poder dormir, mi padre sacó de entre sus recuerdos, la idea de que pasar el huevo a las personas era muy efectivo para quitar el susto y espantar las malas energías. Con ese ritual de antaño podría dormir mejor, así que por qué no intentarlo, seguro pensó. Ahora había que escoger quién en la casa podía actuar de bruja, perdón de "pasadora" de huevo. Debía ser una persona mística, llena de luz y fuerza interior. "¿Rocio puedes pasarme el huevo?" me preguntó muy serio, un día frente a mi puerta ¿¿¿¿Yo???? Pero si nunca le he pasado el huevo
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