Te cuento Jaime
Te cuento Jaime que muchas cosas han cambiado desde que te fuiste.
Nos mudamos, costó mucho decir adiós al departamento donde compartimos contigo los últimos cinco años. Ese hogar nos abrazó a todos los que te queremos. Tengo todas las fotos de los cumpleaños que celebramos en la sala. Tu último cumpleaños, fue especialmente memorable. Estabas tan contento, relajado y sonriente, rodeado de amigos entrañables. Te vestiste como un chico bueno y elegante. Sonrío al recordar las numerosas veladas, llenas de conversaciones sobre política, historia y risas con los amigos más queridos. Todas quedaron grabadas en nuestra memoria.
La celebración de los años nuevos en casa, con gorritos amarillos, un poco de champagne, mucho panetón y abrazos por doquier, fueron siempre formas de agradecer. Y qué decir de todos los Shabbatots que celebramos cada viernes a tu lado. Hannah y yo aprendimos a cantar los rezos y seguir ciertos preceptos judíos del viernes por el anochecer. Sabes Jaime, nunca más pudimos sentarnos en tu lugar en la mesa; ese siempre será tu lugar y así permanecerá en nuestros recuerdos.
Ahora estamos conviviendo los tres en forma permanente: Ari, Hannah y yo, en un departamento bonito pero más pequeño que el tuyo. Vivir juntos los tres es un tema para tratar en otro post. A medida que pasen los meses, estoy segura sentiremos el calor de hogar que tanto extrañamos, porque nuestro hogar también eras tú. Estos meses han sido difíciles sin ti, Jaime. Te recordamos todo el tiempo con amor, y mucha nostalgia. Estas en nuestras conversaciones diarias. Los ojos se me humedecen cuando escribo esto. Te cuento que hace unas semanas Hannah nos llamó desde un taxi porque ella la más incrédula, entendió que no era casualidad que el conductor del vehículo se llamaba Jaime y se parecía a ti fisicamente. Gracias por esa señal.
En cuanto a Lulu, las primeras semanas sin ti parecía expresar su tristeza a través de la ansiedad. No sabíamos explicarnos la razón de su insomnio y llanto durante las madrugadas. Pero como todos los que te amamos, el tiempo ha sido nuestro aliado para procesar con amor y gratitud esta ausencia a veces inmensa.
Hace unas semanas te visitamos Ari y yo. Tenía muchas ganas de hacerlo, te llevé unas piedritas en forma de corazón como recuerdo eterno de tu legado. Al lado de tu tumba, recordé tus últimas semanas. Lloré, pero también agradecí por el privilegio de haberte tenido cerca querido suegro. A unos días de tu cumpleaños sonrío al recordar tus historias.
SI JAIME SEGAL KUPERSTEIN MI ESPOSO POR 36 AÑOS FUE UN PADRE MAGNIFICO Y SUPERÓ POR MUCHOS AÑOS EL TRAUME DE "HIJO DEL HOLOCAUSTO" ANALIZANDO EN PRIVADO Y EN PUBLICO SUS PROPIAS EXPERIENCIAS COMO NIÑO JUDIO RUMANO QUE LOGRÓ ESCAPAR DEL INFIERNO NAZI DIRECTO JUNTO A SUS PADRES PARA LLEGAR A LOS CAMPOS LABORALES DE RUSIA EN AQUEL TIEMPO ENEMIGA DEL NAZISMO. MEDICO ESTUDIOSO, EFICAZ, HONESTO PORQUE NUNCA UTILIZÓ SU PROFESION PARA ENRIQUECERSE A COSTA DE SUS PACIENTES. SU RECUERDO SEA BENDITO PARA SIEMPRE.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir éste homenaje a Jaime.
EliminarSiempre lo recordaré con cariño.
Pienso que donde el está ya se encontró con Elías, su amigo de siempre y desde allá están con nosotros a través de sus enseñanzas.
Muchas gracias por compartir este recuerdo de Jaime.
ResponderEliminarTambién lo recuerdo con cariño , seguro que ya se encontró con Elías , su amigo de siempre y desde dónde están siguen con nosotros a través de sus enseyy cuidando nos