Cuando mi papá no puede dormir

Mi papá tiene casi 85 años  y sufre de demencia senil.

Durante el día tiene momentos de lucidez donde nos sorprende con sus recuerdos y sus acciones, pero también hay muchos episodios de ansiedad, de frustración y obsesiones.

Hace un tiempo atrás se quejaba de sufrir de insomnio aun cuando mi mamá gritaba lo contrario.

"¡No se de qué habla este hombre! ¡Tu padre ronca toda la noche!" se quejaba ella.

Preocupado por no poder dormir, mi padre sacó de entre sus recuerdos, la idea de que pasar el huevo a las personas era muy efectivo para quitar el susto y espantar las malas energías.   Con ese ritual de antaño podría dormir mejor, así que por qué no intentarlo, seguro pensó. 

Ahora había que escoger quién en la casa podía actuar de bruja, perdón de "pasadora" de huevo. Debía ser una persona mística,  llena de luz y fuerza interior.

"¿Rocio puedes pasarme el huevo?" me preguntó muy serio, un día frente a mi puerta

¿¿¿¿Yo???? Pero si nunca le he pasado el huevo a nadie, pensé. ¡Ni siquiera le tenía fe al hijo no nacido de la gallina! 

Un poco dudosa acepté el reto. "A ver qué se me ocurre" me dije.

Recordaba que cuando eramos pequeños, alguna tía o alguna cuidadora nos habían pasado el ritual dizque para curarnos del mal de ojo. Ellas rezaban y pedían a Dios con los ojos cerrados mientras frotaban el huevito por nuestra anatomía.

No quedaba de otra más que imitarlas, claro que con algunas omisiones en rezos e "imperceptibles" modificaciones al ritual. Todo con tal que mi padre duerma bien.

Era la hora de la verdad: Para terminar el ritual se debe romper el huevo y vaciar a un vaso con agua. 

"¿Qué dice el huevo?" preguntó mi padre

Lo miré y recordé que ultimamente buscaba cualquier pretexto para discutir con mi hermana. Ahí estaba la respuesta.

"Aqui dice que tienes conflictos no resueltos con un familiar" le dije señalando las "telitas" del huevo en el agua. "Eso es lo que no te deja dormir bien" le aseguré.

Me miró un poco avergonzado y me confesó algo culpable : "Tienes razón"

Desde ese día cada vez que tiene insomnio, llega a mi casa con un huevo crudo en una bolsa de plástico. Y yo confiando en mis poderes sobrenaturales leo perfectamente lo que dice el bendito huevo. (Claro que antes llamo a mi mamá para escuchar las quejas y las peleas con mi padre)