Desde el corazón

Durante la clase de hebreo la profesora se dio cuenta que era muy retador para su alumna de nivel básico leer las nuevas palabras con fluidez y soltó una frase que quedó en mi mente: Lee desde el corazón.

Me sorprendió en forma positiva este nuevo "método" de entender una lengua extranjera. Aprender desde el corazón, pensar, hablar y leer desde el corazón es una forma muy singular para alguien que  estudió  bajo los parámetros tradicionales. 

Algunos dirán que entender un idioma nuevo debe basarse en la práctica, en la memoria, escucharlo y leerlo, y además, invoulcrarse con la cultura vinculada a ese lenguaje.  Ciertamente, todo eso es muy importante para tener exito pero, ¿y si aprendemos desde nuestro corazón no sería un poco más fácil familiarizarnos hasta el punto que las palabras nos salgan de manera sencillas? 

Decidí  entonces empezar a usar al corazón para mejorar mi aprendizaje sin estar muy segura en qué resultaría del experimento. Cerré los ojos, como me indicó la morá (profesora  en hebreo) y visualicé la palabra en mi mente, escuché a mi corazón, respiré profundo, sentía la idea más clara, me apropié de cada letra  y su significado . Abrí los ojos y leí la palabra con mayor seguridad. Creo que es la esencia de entender desde el corazón: tomarse un tiempo para concentrarse en una nueva palabra y no pronunciarla hasta que uno siente que ya la "asimiló".

Ahora, me tomo un tiempo adicional para seguir este procedimiento especial y entiendo mejor mi libro de ejercicios desde otro nivel.  

Si valoramos el papel de nuestro corazón dándole la oportunidad de ser actor principal en nuestras vidas, y en  nuestros aprendizajes, ¿cuántas otras cosas podríamos lograr ? 

                                                                    El abecedario en hebreo


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